La cultura como concepto deriva del hecho de cultivar el suelo; es decir, de trabajarlo, sembrarlo, cuidarlo para que no sólo rinda frutos y utilidades a quien le brinda ese tratamiento, sino también a quienes vivan y traten ese mismo suelo después de él.
Se ha escrito "frutos" porque eso se espera obtener del suelo para el sustento del hombre (como ya se lee en el libro de Génesis, en la Biblia). Y también se busca obtener "utilidades" para que el hombre viva, se desarrolle y alcance todo su potencial por medio del trabajo.
Una de esas utilidades, justamente, es la de poder retirar o extraer del mismo suelo componentes con los que el hombre elabore y lleve a cabo elementos, artefactos, máquinas que le proporcionen mayor y mejor comodidad; lo que equivale a mayor y mejor calidad de vida.
Y para salvaguardar esos resultados de su esfuerzo y de su labor, también del mismo suelo se pueden obtener -con actividades como la explotación forestal y la minería- lo necesario para construir edificios, almacenes, depósitos, oficinas. Como también escuelas, universidades, bibliotecas, centros culturales y otras instalaciones en las que se puede apreciar que, así como la cultura está en constante construcción, la construcción misma es no sólo un exponente sino un soporte central para la cultura.
Un marco adecuado para profundizar en esta reflexión, y para conocer la actualidad constructiva, lo brinda Batimat Expovivienda -en esta ocasión, en conjunto con Fematec (la muestra de materiales y tecnologías)-, que se desarrolla hasta mañana 23 de mayo, de 14 a 21, en La Rural de Buenos Aires.
La entrada es libre y gratuita para mayores de 18 años.
Se puede obtener mayor información en www.batev.com.ar
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